Aunque el Internet sea esencial en nuestra vida diaria, lo es más aún en la de nuestros hijos, que no conciben un mundo desconectado y el acceso a Internet les trae tantos beneficios. Internet es una herramienta muy útil para los pequeños de la casa, pero como suele pasar con casi todo, también entraña algunos peligros y riesgos si se hace un mal uso. Para protegerlos, es fundamental que los padres tengamos claro cuáles son los principales peligros que tiene la Red y, así, poder mitigar los riesgos.
Es básico educarles con una base de comunicación abierta y sentido común para que ellos también entiendan y sean conscientes de la relevancia de su identidad digital y de sus datos personales. Para ello, deben tener claro que en Internet deben seguir las mismas normas que utilizan en la vida real. Quisiera proponerles algunas básicas para vuestra consideración:
- Nunca hay que enviar o compartir información con desconocidos. Para evitar posibles acosos, deben saber que no hay que difundir datos personales ni información de contacto en las redes sociales o los chats.
- No publicar el email de contacto en redes sociales, foros u otras páginas. También es importante no pinchar en los enlaces que nos manden los remitentes desconocidos, algunos de ellos podrían tratarse de una estafa o un virus, como he comentado en artículos anteriores.
- Ignorar las propuestas de regalos o dinero fácil que puedan recibir. Se tratan todos de estafadores.
- No concertar citas ni reuniones con personas que no conocen. Tienen que tener claro que nunca deben acudir a una cita con un desconocido, aunque tengan relación con él por Internet.
Si bien estas normas parecen obvias, hay que hacerlas explícitas y orientar a los menores en los peligros que implican. Los padres, por nuestra parte, debemos procurar que nuestros hijos se encuentren en un entorno seguro. Para ello es básico elegir un buen antivirus que nos permita proteger a los niños. Gracias a los antivirus podremos:
- Bloquear los sitios de phising y de contenido pornográfico, ya que permite comprobar si una dirección web enlaza a una página que contiene virus o si, por el contrario, es segura.
- Filtrar el spam, pues evita que el «correo basura» se cuele en la bandeja de entrada.
- Prohibir el envío de los datos personales en redes sociales y mensajería instantánea.
- Bloquear algunos sitios web que consideremos que no son aptos para niños, como aquel que tiene contenido violento, ilegal, de juegos de azar, y similares.
- Activar la función “búsqueda segura” para que cuando utilicen un buscador haya ciertos resultados de búsqueda que no aparezcan.
Naturalmente, esta responsabilidad es compartida. Como hemos indicado, los padres y educadores podemos apoyar y supervisar la actividad en línea de nuestros hijos manteniendo un diálogo abierto y honesto con ellos. Además, los profesores y los formadores pueden enseñar a los niños y jóvenes habilidades de alfabetización digital, proporcionar contenido positivo en línea y apoyarlos si se encuentran con problemas. Las empresas pueden crear y promover los contenidos y servicios en línea positivos, desarrollar políticas éticas y transparentes y proteger nuestros datos en Internet. Las instituciones públicas y gobiernos pueden velar por la seguridad y el bienestar de los niños y jóvenes a través de estrategias efectivas de protección de menores para el mundo digital. En definitiva, un trabajo mancomunado que, aun así, debe ser siempre monitoreado por los adultos si queremos que el futuro digital no contamine la vida onffline de nuestros jóvenes.
(Fuentes: http://www.enacso.eu/ ; http://dialogando.com.gt/)
Autor: Rafael Cisneros, Director para Centroamérica. Telefónica Business Solutions