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    Comportamiento - 24/07/2017

    Nomofobia, ansiedad y tecnología

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    Eso mismo. No-mo-fo-bi-a. Del inglés no mobile-phone fobia, o fobia a quedarse sin teléfono móvil. No es una fobia propiamente dicha, si nos guiamos por criterios médicos, pero sí está considerado ya un trastorno de ansiedad. Se trata de una necesidad incontrolable de estar cerca del pequeño aparato. Y esa ansiedad pasa a ser vista como un problema cuando afecta a la vida normal de la persona.

    En Estados Unidos, un estudio reveló que el 34 % de las personas interrumpen una situación de intimidad con su pareja para atender al teléfono o para ver un mensaje. ¿Es tu caso? El estudio dice además que el 65 % de los entrevistados duermen con su smartphone. Si piensas «¿Y qué más da?», entonces puede que sufras nomofobia y estés entre ese 50 % de personas que nunca desconectan el aparato y entre el 20 % que preferiría caminar una semana descalzo que quedarse un tiempo sin móvil.

    Una cosa, sin embargo, es perder a la pareja y otra es perder la vida por culpa del smartphone (un riesgo real cuando hablamos de circulación). Conducir y mirar el móvil al mismo tiempo es lo más peligroso. Pero los peatones también son responsables de los accidentes. Estados Unidos observó el año pasado un aumento del 10 % en el número de atropellos producidos en 2015, el mayor crecimiento en cuarenta años. Todavía no se puede determinar el motivo de un aumento tan considerable, pero las autoridades estadounidenses manejan indicios que apuntan a que los transeúntes van más distraídos por la calle al ir prestando atención a sus smartphones.

    No es necesario, de todos modos, hacer un estudio para percibir que en las grandes ciudades es enorme la cantidad de personas que caminan sin mirar al frente o a los lados, hipnotizados por su pantalla. Empujones, encontronazos y tropiezos tienen lugar cada vez más en las calles, en el metro, en cualquier sitio y en todo momento. ¿Cuál es la solución? Multar a un conductor es lo más fácil. ¿Y en la acera? ¿Funcionaría, por eso? La ciudad holandesa de Bodegraven cree que no. Por ello, están  probando desde el pasado febrero un semáforo para los peatones que no dejan de mirar el móvil.

    Las luces verdes y rojas están colocadas a ras de suelo, lugar al que suelen mirar estos transeúntes distraídos. Se trata de lámparas Led, instaladas de manera experimental en cruces cerca de escuelas. Estas se iluminan en el suelo indicando si se puede o no pasar. Se busca así que, al mirar para abajo, el dueño del móvil perciba la autorización o prohibición de paso en función del color.

     

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