La impresión 3D es una tecnología relativamente nueva que atrae la curiosidad y la imaginación de muchos. ¿Pronto podremos imprimir comida? ¿O dinero? Es lo que se preguntan muchos. Lo que pocos saben es que ya se utiliza mucho en la medicina, que proporciona excelentes resultados y que incluso salva vidas.
En los juegos de Río 2016, los focos estuvieron puestos sobre Denise Schindler, una ciclista alemana que compitió con una prótesis fabricada por Autodesk, empresa famosa por crear diversas aplicaciones informáticas para trabajar en 3D, como 3ds Max, Maya y CAD.
Denise perdió la pierna en un accidente cuando tenía solo dos años de edad. Conquistó una medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Londres, en 2012, y otras dos medallas de plata y de bronce en el Campeonato Mundial de Paraciclismo.
La pierna protésica fue el resultado de una alianza entre la atleta y Autodesk, muy conocida por el programa AutoCAD. Antes de dicha alianza, las prótesis de la alemana las hacían a mano profesionales que fundían yeso y lo refinaban durante semanas. Ese proceso tardaba hasta 10 semanas y era carísimo.
La prótesis impresa en 3D tardó solo cinco días en estar lista y costó el 25% del precio de la versión artesanal, sin comprometer la calidad. Se hicieron 52 versiones digitales de la prótesis hasta llegar al resultado perfecto para la atleta.
La atleta ha elogiado el confort de la prótesis y piensa que el desarrollo de una prótesis bien ajustada, que no afecte al desempeño, en un plazo más corto y con un coste menor que el de los medios tradicionales es un verdadero avance.
Al popularizarse la impresión 3D, ¡cada vez más atletas utilizarán esta increíble tecnología!